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A medida que te haces mayor, empiezas a tomar más decisiones que afectan tu cuerpo y tu salud. Elegir alimentos y bebidas saludables, estar activo y dormir lo suficiente son clave para tu salud física y mental. Esto puede ayudarte a:
La energía es lo que te ayuda a crecer. Las calorías que obtienes de los alimentos y las bebidas te dan esa energía. La cantidad de calorías que necesitas cada día depende de muchos factores, como:
Tu plan de alimentación saludable debe incluir una variedad de alimentos y bebidas ricos en nutrientes como vitaminas, minerales, fibra, proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables.1 Trata de elegir alimentos y bebidas que sean bajos en grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, un mineral que se encuentra en la sal de mesa y en muchos alimentos empacados o preparados.
A continuación, encontrarás las recomendaciones para adolescentes de las Guías Alimentarias para Estadounidenses, 2020-2025 (en inglés). Si tienes alguna afección de salud que afecte las decisiones que tomas con respecto a alimentos y bebidas, pídele recomendaciones a tus padres, tutores o profesionales de atención de salud según tus necesidades y preferencias.
Los vegetales (en inglés) aportan muchos nutrientes valiosos como fibra, potasio y vitamina A, que pueden ayudarte a tener un corazón, riñones y ojos saludables, y pueden protegerte de infecciones. A veces hay que probar los vegetales varias veces para aprender a encontrarles el gusto; cambiar la forma en que se cocinan y se sazonan puede ayudar. Sé creativo y habla con la persona encargada de la cocina en tu casa para encontrar opciones saludables que puedas disfrutar.
Algunas opciones de vegetales son:
Los adolescentes entre los 14 y los 18 años deben tratar de consumir alrededor de 2 ½ a 4 tazas de vegetales al día.2 Trata de comer una mezcla de diferentes tipos de vegetales. La cantidad específica de vegetales que debes comer depende de la cantidad de calorías que necesites al día.
Las manzanas, los bananos, los frutos rojos y otras frutas (en inglés) contienen una gran cantidad de vitaminas, minerales, agua y fibra. Estos nutrientes ayudan a que tu mente y tu cuerpo rindan al máximo. Por ejemplo, las naranjas y las toronjas son buenas fuentes de vitamina C, una vitamina importante que te ayuda a crecer. También ayuda a reparar tu cuerpo, curar heridas y protegerte de enfermedades. Trata de consumir vitamina C todos los días, porque tu cuerpo no puede producirla; debes obtenerla de los alimentos y bebidas que consumes.
Los adolescentes entre los 14 y los 18 años necesitan alrededor de 1 ½ a 2 ½ tazas de fruta al día.3 Una variedad de frutas puede ayudarte a obtener vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales. Aunque el jugo de fruta 100% natural sin azúcares añadidos puede incluirse en este objetivo, trata de no consumir más de 1 taza al día. Al menos la mitad de la fruta debe provenir de fruta entera, en lugar de jugo. Esto puede incluir frutas enteras frescas, así como frutas enlatadas, congeladas o secas, como pasas, albaricoques secos y ciruelas pasas, sin azúcares añadidos.
Los granos (en inglés) como la avena, la cebada, el farro y el arroz integral son excelentes fuentes de fibra y varias vitaminas B. Los minerales como el calcio, el potasio y el magnesio también se encuentran en varios granos y ayudan a tu cuerpo a desarrollar huesos y músculos fuertes.
Al menos la mitad, o incluso más, de los granos que consumas cada día deben ser granos integrales, en lugar de granos refinados, también llamados granos procesados. Consumir granos integrales con alto contenido de fibra puede hacer que el estómago se sienta lleno más rápido durante las comidas o refrigerios. Esto podría ayudarte a consumir menos calorías y controlar tu peso. Los granos refinados tienen menos fibra y otros nutrientes y, a menudo, tienen sal o azúcares añadidos.
Estos son algunos ejemplos de granos integrales y granos refinados:
Ciertos granos, como el trigo, la cebada y el centeno, contienen una proteína llamada gluten. Para las personas que tienen un diagnóstico de enfermedad celíaca, consumir alimentos que contienen gluten puede dañar el intestino delgado y causar problemas digestivos por mucho tiempo. Si te han diagnosticado esta enfermedad, asegúrate de revisar las etiquetas de los alimentos y elegir opciones sin gluten. Algunas personas que no tienen enfermedad celíaca pueden ser sensibles al gluten, lo que significa que tienen problemas digestivos después de consumirlo. Habla con tu profesional de atención de salud si no estás seguro de qué granos son seguros para ti.
Las proteínas (en inglés) son esenciales para la formación de huesos, músculos, cartílagos y piel, y para la producción de sangre y hormonas. Las proteínas contienen nutrientes llamados aminoácidos que son importantes para el crecimiento y la salud. Muchos alimentos ricos en proteínas también proporcionan hierro, zinc y otros nutrientes clave.
Las proteínas de origen animal incluyen:
Las proteínas de origen vegetal incluyen:
Los frutos secos y las semillas sin sal, como las almendras, los anacardos, las semillas de calabaza y las mantequillas de frutos secos, como la mantequilla de cacahuete, son fuentes de proteínas. Pero es posible que debas evitar ciertos frutos secos y semillas si tienes alergia a ellos. Habla con un profesional de atención de salud si no estás seguro de qué frutos secos y semillas son seguros para ti.
Los productos lácteos (en inglés) pueden ayudarte a desarrollar huesos y dientes fuertes, especialmente durante la adolescencia. Estos alimentos y bebidas proporcionan muchos nutrientes, como calcio, magnesio, potasio, zinc, vitamina A y vitamina B12. Los productos lácteos son la fuente más común de vitamina D, que es esencial para la formación de los huesos y un sistema inmunitario fuerte.
Los adolescentes entre los 14 y los 18 años deben tratar de consumir alrededor de 3 tazas al día de productos lácteos, como leche, yogur y queso descremados o bajos en grasa.4 Otras opciones incluyen:
Algunas bebidas de origen vegetal, como aquellas elaboradas con arroz, almendras, avena o coco, pueden ser buenas fuentes de calcio. Sin embargo, las Guías Alimentarias para Estadounidenses, 2020-2025 no las incluyen dentro de la categoría de productos lácteos porque no proporcionan los mismos nutrientes que la leche o los productos de soya fortificados.1
¡Buena pregunta! Muchos adolescentes no consumen suficientes nutrientes esenciales para la salud.1
El calcio puede ayudarte a desarrollar huesos y dientes fuertes. Esto es muy importante porque tu cuerpo formará gran parte de la masa ósea antes de los veinte años. Algunas fuentes de calcio son la leche, el yogur y el queso descremados o bajos en grasa; vegetales como espinacas, malanga y hojas de nabo; y bebidas de origen vegetal y productos de yogur con calcio añadido.
La vitamina D también ayuda a mantener los huesos sanos. La vitamina D se añade a varios alimentos y bebidas, como algunos productos lácteos, jugos de naranja y bebidas y yogures de origen vegetal. Otras fuentes de vitamina D son el salmón, los champiñones y el atún.
El potasio ayuda a que los riñones, el corazón y los músculos funcionen correctamente. Algunas fuentes son los frijoles, las papas al horno, los pimientos, la jaca, los cítricos, los frutos rojos y los bananos.
La fibra te ayuda a defecar con regularidad y a sentir el estómago lleno. También puede ayudarte a disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y renales. La fibra alimentaria solo se encuentra en los alimentos de origen vegetal, como algunos cereales integrales, frutas y verduras.
Las personas de todas las edades deben elegir alimentos y bebidas bajos en azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio.
Algunos alimentos, como las frutas, son dulces por naturaleza. Otros alimentos y bebidas son dulces porque se les añade azúcar. Los alimentos y bebidas endulzados con azúcar tienen muchas más calorías, pero no ofrecen nutrientes adicionales.
Algunas de las fuentes más comunes de azúcares añadidos incluyen:
Menos del 10% de las calorías que consumes diariamente deben provenir de azúcares añadidos. Por ejemplo, si ingieres 2,000 calorías al día, menos de 200 de esas calorías deben provenir de azúcares añadidos. ¡Una lata de gaseosa a menudo tiene 150 calorías de azúcar!
Estas son algunas recomendaciones para reducir el consumo de azúcares añadidos:
Figura 1. Etiqueta de información nutricional
Algunos tipos de grasa, como el aceite de oliva líquido, el aceite de canola u otros aceites vegetales, pueden ser saludables en pequeñas cantidades. Sin embargo, las grasas saturadas no son saludables. Las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomiendan que menos del 10% de tus calorías diarias provengan de grasas saturadas.1 Por ejemplo, si ingieres 2,000 calorías al día, menos de 200 de esas calorías deben provenir de grasas saturadas.
Las grasas saturadas suelen ser sólidas a temperatura ambiente, como la mantequilla y la grasa que hace parte de las carnes o se encuentra alrededor de estas. Sin embargo, algunos productos que son líquidos a temperatura ambiente, como el aceite de coco y la leche entera, también tienen un alto contenido de grasas saturadas.
Las fuentes más comunes de grasas saturadas incluyen:
Aprende a reducir el consumo de grasas saturadas y sigue disfrutando de los alimentos que te gustan. Estas son algunas recomendaciones para limitar el consumo de grasas saturadas en alimentos y bebidas:
Tu cuerpo necesita una pequeña cantidad de sodio cada día, pero la mayoría de los estadounidenses consumen demasiado. Muchos refrigerios, postres y comidas como la pizza tienen un alto contenido de sodio. Consumir demasiado sodio puede aumentar el riesgo de desarrollar presión arterial alta, lo cual no es saludable para el corazón y el cuerpo en general.
Los adolescentes deben tratar de consumir menos de 2,300 mg de sodio por día, que es solo 1 cucharadita de sal de mesa. Esta cantidad incluye la sal en los alimentos precocinados y también la sal que agregas al cocinar o consumir tus alimentos.
Estas herramientas en línea pueden ayudarte a obtener más información sobre la alimentación saludable:
Antes de hacer cualquier cambio en tu plan de alimentación, consulta con tus padres, tutor o profesional de atención de salud para asegurarte de que estas opciones sean adecuadas para ti. Un profesional de atención de salud puede ayudarte a desarrollar un plan que se adapte a tus necesidades y preferencias.
Estas recomendaciones pueden ayudarte a tomar decisiones más saludables:
La actividad física debe formar parte de tu vida diaria, ya sea que practiques deportes, tomes clases de educación física en la escuela, hagas tareas domésticas o te desplaces en bicicleta o transporte público. Salir a caminar puede ser excelente para tu salud, si puedes hacerlo de manera segura. Los beneficios de la actividad física regular pueden incluir:5
Las guías actuales de actividad física recomiendan que los adolescentes hagan al menos 60 minutos (1 hora) de actividad física todos los días, que incluyan:5
No tienes que hacer los 60 minutos de actividad de una sola vez.
La campaña Muévete a tu manera del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos incluye otras recomendaciones e ideas (en inglés) (PDF, 7.9 MB) (versión en español (PDF, 2.7 MB) ).
Los adolescentes pasan gran parte del día sentados durante las clases o haciendo tareas. Pasar tiempo frente al teléfono inteligente, en el sofá viendo televisión o jugando videojuegos puede sumar aún más horas de inactividad a tu día. Trata de limitar el tiempo que pasas frente a las pantallas a menos de 2 horas cada día, sin contar el tiempo que pasas haciendo tareas o en el trabajo después de la escuela.
Realizar actividad física puede ser más divertido con amigos y familiares.
Varía y elige actividades diferentes cada día.
No necesitas dinero ni equipos costosos para mantenerte activo.
Es posible que las tareas del hogar, como arreglar la habitación o sacar la basura, no aumenten tu ritmo cardíaco de la misma manera que lo hacen andar en bicicleta y correr, pero te mantienen en movimiento. Las aplicaciones de acondicionamiento físico que puedes descargar en tu computadora, teléfono inteligente u otro dispositivo móvil pueden ayudarte a realizar un seguimiento de tu actividad física diaria.
Al igual que una alimentación saludable y hacer suficiente actividad física, dormir lo suficiente es esencial para tu salud física y mental. Debes dormir lo suficiente para tener un buen desempeño en la escuela y el trabajo, conducir de manera segura y combatir las infecciones. No dormir lo suficiente también puede afectar tu estado de ánimo y tu capacidad para tomar decisiones y puede causar un aumento excesivo de peso.6
Los adolescentes deben dormir entre 8 y 10 horas cada noche.7 A veces es difícil dormir lo suficiente, especialmente si tienes un trabajo, ayudas a cuidar a tus hermanos menores, tienes un espacio limitado y compartes una habitación con otras personas, o estás ocupado con otras actividades después de la escuela. Desarrollar hábitos de sueño saludables puede ayudar. Si puedes, intenta:
Los jóvenes crecen a diferentes ritmos, por lo que no siempre es fácil saber si un adolescente tiene sobrepeso u obesidad. Si te preocupa tu peso, habla con un profesional de atención de salud. Si no tienes un profesional de atención de salud al que veas regularmente, pídeles a tus padres o tutores que te ayuden a encontrar uno y a programar una cita.
Para saber si tienes un peso saludable, un profesional de atención de salud tendrá en cuenta muchos factores, como:
Esta herramienta en línea de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) permite calcular el IMC y el percentil de IMC para la edad, que compara el IMC con las tablas de crecimiento de los adolescentes según la edad y el sexo.
Si tu profesional de atención de salud te aconseja que pierdas peso, desarrollen juntos un plan para que alcances y mantengas un peso saludable. Dependiendo de tu edad y de la rapidez con la que estés creciendo, es posible que no debas perder peso sino aumentar de peso más lentamente. Tu profesional de atención de salud o un especialista en pérdida de peso o alimentación saludable, como un especialista en nutrición, pueden ayudarte a desarrollar un plan de alimentación saludable adaptado a tus necesidades y preferencias. Si tienes mucho sobrepeso o si tienes problemas de salud debido a tu peso, tu profesional de atención de salud también puede hablar contigo sobre opciones adicionales para perder peso, como medicamentos para perder peso y cirugía para perder peso.
La pérdida de peso es un tema popular. Sin embargo, algunos métodos de los que habrás escuchado pueden ser perjudiciales si los pruebas por tu cuenta, sin la supervisión de un profesional de atención de salud.
Durante la adolescencia, el cuerpo necesita energía, vitaminas y minerales para crecer y funcionar correctamente. No trates de perder peso de ninguna de las siguientes maneras:
Algunas medidas para perder peso pueden llevar a un ciclo de comer muy poco y luego comer demasiado porque tienes mucha hambre. Estos métodos también pueden afectar tu estado de ánimo y tu crecimiento.
Otras medidas poco saludables para perder peso incluyen:
Cambiar tus hábitos puede ser difícil. Y desarrollar nuevos hábitos lleva tiempo. A continuación encontrarás algunas recomendaciones para mantener la motivación y alcanzar tus objetivos. ¡Puedes hacerlo!
No esperes cambiar tus hábitos relacionados con la alimentación, el consumo de bebidas, la actividad física o el sueño de la noche a la mañana. Cambiar muchas cosas y hacerlo demasiado rápido puede limitar tu probabilidad de éxito.
¿Te tientan los refrigerios poco saludables en casa? ¿Los alimentos y bebidas que consumes en la cafetería de tu escuela o en tu trabajo son demasiado altos en sodio, grasas saturadas y azúcares añadidos? ¿Comes en exceso para ayudar a controlar el estrés relacionado con tu familia o tu futuro? ¿Cómo puedes cambiar estos hábitos?
Si consumes bebidas endulzadas con azúcar todos los días, intenta reemplazar algunas de ellas con agua. Una vez que consumas menos de estas bebidas por un tiempo, intenta eliminarlas todas. Luego, establece otra meta, como hacer más actividad física todos los días. Una vez que hayas alcanzado un objetivo, agrega otro.
Pídele a un amigo en la escuela, a alguien en casa o a un compañero de trabajo que te apoye para establecer nuevos hábitos. Pídele a un amigo, hermano, padre, tutor o compañero de trabajo que te ayude a hacer cambios y a mantener tus nuevos hábitos.
This content is provided as a service of the National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases
(NIDDK), part of the National Institutes of Health. NIDDK translates and disseminates research findings to increase knowledge and understanding about health and disease among patients, health professionals, and the public. Content produced by NIDDK is carefully reviewed by NIDDK scientists and other experts.
El NIDDK quisiera agradecer a:
Aaron S. Kelly, Ph.D., Center for Pediatric Obesity Medicine, University of Minnesota Medical School; and Linda Van Horn, Ph.D., R.D., Northwestern University