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La hidronefrosis en recién nacidos es un agrandamiento o dilatación de la pelvis renal, el embudo en la parte central del riñón donde se acumula la orina. La hidronefrosis puede ocurrir en uno o en ambos riñones. Esta afección a menudo se diagnostica antes del nacimiento, durante una ecografía prenatal.
En algunos casos, la hidronefrosis es leve y desaparece por sí sola sin tratamiento. En otros casos, la hidronefrosis puede ser una señal de un bloqueo en el conducto urinario, o reflujo o acumulación de orina de la vejiga hacia el riñón que necesita tratamiento.
El conducto urinario es el sistema de drenaje del cuerpo para eliminar las toxinas y el exceso de líquido. El conducto urinario incluye los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
La hidronefrosis puede tener otros nombres, incluidos:
En 1 o 2 de cada 100 embarazos se diagnostica la hidronefrosis en el feto.1 En la mitad de estos casos, aproximadamente, la hidronefrosis ya ha desaparecido cuando nace el bebé.2
Los niños tienen aproximadamente el doble de probabilidad que las niñas de presentar hidronefrosis.3
Si se descubre que un feto o un recién nacido tiene hidronefrosis, los profesionales de atención médica examinarán cómo drena la orina de los riñones. Cuanto más grave es la hidronefrosis, más probabilidad de que sea una señal de obstrucción en el conducto urinario o de reflujo de la orina desde la vejiga al riñón, lo que puede requerir tratamiento. El diagnóstico y el tratamiento tempranos de la obstrucción o el reflujo pueden ayudar a prevenir complicaciones o a evitar que las complicaciones empeoren.
Normalmente, la orina del feto se convierte en parte del líquido amniótico que rodea al feto en el útero. En un feto con hidronefrosis grave, puede quedar demasiada orina en el conducto urinario, lo que causa concentraciones bajas de líquido amniótico en el útero. Las concentraciones bajas de líquido amniótico pueden dañar los pulmones del feto que se están desarrollando.
Después de que nace el bebé, la hidronefrosis puede causar complicaciones como infecciones de las vías urinarias, cálculos renales (en inglés) e insuficiencia renal crónica (en inglés).
Los recién nacidos con hidronefrosis a menudo no muestran señales. En algunos recién nacidos, el abdomen puede estar hinchado debido a la obstrucción grave del conducto urinario. En otros casos, los recién nacidos con hidronefrosis pueden desarrollar una infección de las vías urinarias, que puede causar señales o síntomas (en inglés).
Si a su hijo le han diagnosticado hidronefrosis, consulte con el profesional de atención médica sobre las opciones de evaluación y tratamiento adecuadas.
En algunos fetos y recién nacidos con hidronefrosis, los profesionales de atención médica no pueden encontrar la causa y la hidronefrosis desaparece por sí sola. Esto se conoce como hidronefrosis transitoria.
En otros casos, la causa de la hidronefrosis es un bloqueo en el conducto urinario o el reflujo de orina de la vejiga al riñón.
Los expertos creen que el estrechamiento de una parte del conducto urinario durante el desarrollo temprano puede causar hidronefrosis transitoria. La situación se resuelve a medida que madura el conducto urinario.
Aproximadamente la mitad de los fetos diagnosticados con hidronefrosis tienen esta forma transitoria que desaparece antes del nacimiento. En los niños que nacen con hidronefrosis, la afección a veces es transitoria y puede desaparecer por sí sola, generalmente hacia los 3 años de edad.2
Los defectos de nacimiento en el conducto urinario pueden causar hidronefrosis. Aun cuando los defectos de nacimiento son la causa, la hidronefrosis puede ser leve y mejorar a medida que el niño crece. Sin embargo, los defectos de nacimiento también pueden causar hidronefrosis grave o que empeora con el tiempo.
Defectos del uréter. Los defectos de nacimiento en el uréter que causan hidronefrosis incluyen:
Entre todos los defectos de nacimiento que causan hidronefrosis en fetos y recién nacidos, la obstrucción de la unión ureteropélvica y el RVU son los más comunes.1
Obstrucción del conducto urinario inferior. En la obstrucción del conducto urinario inferior, también conocida como obstrucción de la salida de la vejiga, hay un bloqueo en la uretra o donde la vejiga se une a la uretra. Los defectos de nacimiento que causan obstrucción del conducto urinario inferior incluyen las válvulas uretrales posteriores, que son pliegues anormales de tejido que bloquean la uretra. Las válvulas uretrales posteriores solo ocurren en varones. Dado que la obstrucción del conducto urinario inferior bloquea el flujo de orina de ambos riñones, es más urgente que los médicos examinen la obstrucción del conducto urinario inferior que el bloqueo o reflujo en un uréter.
Defectos en el conducto urinario y otras partes del cuerpo. Algunos bebés con hidronefrosis presentan defectos de nacimiento en el conducto urinario y en otras partes de su cuerpo. Por ejemplo, el síndrome del abdomen en ciruela pasa es un grupo de defectos congénitos que incluye músculos abdominales poco desarrollados, testículos no descendidos y defectos del conducto urinario.
Los defectos de nacimiento que afectan la médula espinal, como la espina bífida, pueden afectar los nervios que controlan el conducto urinario y causar retención urinaria (en inglés). La orina retenida en la vejiga puede devolverse hacia los uréteres y los riñones, y causar hidronefrosis.
Los profesionales de atención médica pueden diagnosticar la hidronefrosis antes de que nazca el bebé durante una ecografía prenatal. La ecografía hace rebotar ondas sonoras seguras e indoloras en los órganos del feto para crear una imagen de su estructura. Una ecografía puede mostrar qué partes del conducto urinario están agrandadas debido a la hidronefrosis.
Las ecografías durante el embarazo son parte de las pruebas prenatales de rutina. Si a un feto se le diagnostica hidronefrosis, los profesionales de atención médica pueden recomendar ecografías adicionales para observar si la hidronefrosis empeora o mejora con el tiempo. Los profesionales de atención médica también pueden usar ecografías u otras pruebas prenatales para tratar de encontrar la causa de la hidronefrosis o detectar otros problemas de salud.
Los profesionales de atención médica usan la historia clínica del recién nacido, un examen físico y pruebas de diagnóstico por la imagen para diagnosticar la hidronefrosis.
Los profesionales de atención médica usan los resultados de las ecografías prenatales y otras pruebas prenatales para determinar qué tipo de prueba o tratamiento necesitarán los bebés después del nacimiento.
Durante el examen físico, el profesional de atención médica buscará un bulto o masa en el abdomen, lo que podría ser una señal de agrandamiento del riñón o de la vejiga; también buscará señales de defectos de nacimiento en otras partes del cuerpo.
Los profesionales de atención médica pueden usar pruebas de diagnóstico por la imagen del conducto urinario (en inglés) para diagnosticar y encontrar la causa de la hidronefrosis. Las pruebas de diagnóstico por la imagen pueden incluir:
El tratamiento de la hidronefrosis en recién nacidos dependerá de:
Los tratamientos pueden incluir espera vigilante, prevención y tratamiento de las infecciones de las vías urinarias, y cirugía.
Si la hidronefrosis en un recién nacido no es grave y no es probable que dañe los riñones, los profesionales de atención médica pueden recomendar la espera vigilante y harán pruebas de vez en cuando para ver si la hidronefrosis cambia o causa daño a los riñones a medida que el bebé crece.
La hidronefrosis puede mejorar o desaparecer con el tiempo. Sin embargo, si la hidronefrosis empeora o causa complicaciones, el profesional de atención médica podría recomendar una cirugía.
En algunos casos, los profesionales de atención médica pueden recetar antibióticos para ayudar a prevenir infecciones de las vías urinarias en bebés y niños con hidronefrosis. Si un niño desarrolla una infección de las vías urinarias, también se usan antibióticos para tratar la infección.
En los bebés varones con hidronefrosis, las investigaciones sugieren que la circuncisión puede reducir la probabilidad de contraer infecciones de las vías urinarias.4
Si la hidronefrosis es grave o empeora con el tiempo, los profesionales de atención médica podrían recomendar una cirugía. La cirugía puede mejorar el flujo de orina y reducir la posibilidad de complicaciones o evitar que las complicaciones empeoren.
Los profesionales de atención médica rara vez practican una cirugía para tratar la hidronefrosis en un feto mientras aún está en el útero. La cirugía fetal conlleva muchos riesgos, por lo que se practica solo en casos especiales.
El NIDDK realiza y respalda los ensayos clínicos de muchas enfermedades y afecciones, incluidas las de las vías urinarias. Los ensayos clínicos buscan nuevas formas de prevenir, detectar o tratar enfermedades y mejorar la calidad de vida.
Los ensayos clínicos son estudios de investigación que involucran a personas de todas las edades. Los ensayos clínicos buscan nuevas formas seguras y eficaces de prevenir, detectar o tratar enfermedades. Los investigadores también usan los ensayos clínicos para analizar otros aspectos del cuidado, como mejorar la calidad de vida. Las investigaciones con niños ayudan a los científicos a:
Obtenga más información sobre los ensayos clínicos y los niños (en inglés).
Mire un video del Dr. Griffin P. Rodgers, Director del NIDDK, que explica la importancia de participar en los ensayos clínicos.
En www.ClinicalTrials.gov (en inglés) puede ver los ensayos clínicos que están abiertos actualmente y reclutando participantes.
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Robert L. Chevalier, M.D., University of Virginia School of Medicine