Diagnóstico de los cálculos biliares
¿Cómo diagnostican los médicos los cálculos biliares?
Para diagnosticar los cálculos biliares, los médicos usan la historia clínica del paciente, un examen físico, y análisis de laboratorio y pruebas de diagnóstico por la imagen.
Un profesional de atención médica le preguntará al paciente acerca de los síntomas. Le preguntará si tiene antecedentes de afecciones médicas o problemas de salud que lo hagan más propenso a desarrollar cálculos biliares.También puede preguntarle si tiene antecedentes familiares de cálculos biliares y qué come normalmente. Durante el examen físico, el profesional de atención médica examinará el cuerpo y verificará si le duele el abdomen.
¿Qué pruebas usan los profesionales de atención médica para diagnosticar los cálculos biliares?
Los profesionales de atención médica pueden usar análisis de laboratorio o pruebas de diagnóstico por la imagen para diagnosticar los cálculos biliares.
Análisis de laboratorio
Un profesional de atención médica puede tomar una muestra de sangre del paciente y enviarla a un laboratorio para que la analicen. Los análisis de sangre pueden mostrar signos de infección o inflamación de los conductos biliares, la vesícula biliar, el páncreas o el hígado.
Pruebas de diagnóstico por la imagen
Los profesionales de atención médica pueden usar pruebas de diagnóstico por la imagen para encontrar cálculos biliares. Un técnico realiza estas pruebas en el consultorio del médico, en un centro ambulatorio o en el hospital. Un radiólogo lee e informa sobre las imágenes. Por lo general, para la mayoría de estas pruebas el paciente no necesita anestesia ni medicamento para tranquilizarse. Sin embargo, el médico puede administrarle anestesia o un medicamento para mantenerlo calmado durante una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).
Ecografía. La ecografía es la mejor prueba de diagnóstico por la imagen para encontrar cálculos biliares. Para la ecografía se usa un dispositivo llamado transductor, que emite ondas de sonido seguras e indoloras en los órganos para crear una imagen o una fotografía de su estructura. Si el paciente tiene cálculos biliares, se verán en la imagen. A veces, los profesionales de atención médica encuentran cálculos biliares silenciosos cuando el paciente no tiene ningún síntoma.
Tomografía computarizada (TC). Para las tomografías computarizadas se usa una combinación de rayos x y tecnología informática para crear imágenes del páncreas, la vesícula biliar y las vías biliares. Las tomografías computarizadas pueden mostrar cálculos biliares o complicaciones como infección y obstrucción de la vesícula biliar o los conductos biliares. Sin embargo, las tomografías computarizadas también pueden fallar y no detectar los cálculos biliares que el paciente pueda tener.
Imágenes por resonancia magnética (IRM). Las máquinas de resonancia magnética usan ondas de radio e imanes para producir imágenes detalladas de los órganos y tejidos blandos sin rayos x. Las resonancias magnéticas pueden mostrar cálculos biliares en los conductos de las vías biliares.
Colescintigrafía. La colescintigrafía, también conocida como gammagrafía con ácido hidroxi-iminodiacético, gammagrafía HIDA o gammagrafía hepatobiliar, usa un material radioactivo seguro para producir imágenes de las vías biliares. El paciente se acostará en una mesa mientras un profesional de atención médica le inyecta una pequeña cantidad de material radioactivo en una vena del brazo. También puede inyectarle una sustancia que hace que la vesícula biliar se contraiga. Una cámara especial toma imágenes del material radioactivo a medida que se desplaza por las vías biliares. Los médicos usan la colescintigrafía para diagnosticar contracciones anormales de la vesícula biliar o una obstrucción en los conductos biliares.
Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE). La colangiopancreatografía retrógrada endoscópica combina la gastroendoscopia superior y radiografías para tratar los problemas de la bilis y los conductos pancreáticos. La CPRE ayuda al profesional de atención médica a localizar el conducto biliar afectado y los cálculos biliares. Esta prueba es más invasiva, o involucra más instrumentos dentro del cuerpo, que otras pruebas. Los médicos la usan de forma selectiva, generalmente para extraer un cálculo biliar que está atascado en el conducto biliar común.
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